Foto: Fernando Velasco Mora

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Inventario 2009/159/373
Clasificación Genérica Numismática; Dinero tradicional
Objeto/Documento Moneda
Nombre Específico Dos chelines y medio
Emisor/a Biafra
Materia/Soporte Aluminio
Técnica Acuñación
Dimensiones Diámetro = 27,20 mm; Peso = 2,94 gr
Descripción El metal, ya sea en forma de productos manufacturados, de metal al peso o de metal contado, es la materia que más se ha utilizado con función de dinero. Sus ventajas son evidentes frente a otros productos, pues es duradero e inalterable, fácil de dividir y cómodo de transportar, por lo que adquirió más valor y fue mejor aceptado.
En muchas culturas se han usado como dinero diversos objetos de metal: útiles domésticos, herramientas, armas y artículos de adorno. Su alta consideración simbólica y sagrada facilitó su aceptación entre la población como referencias de valor. Así, estos utensilios pronto derivaron a modelos exclusivamente dinerarios, en piezas que, por su tamaño, minúsculo o gigantesco, o por su débil factura, nunca habrían podido tener una función práctica.
Entre los objetos de adorno africanos más característicos utilizados como dinero ocupan un importante lugar las llamadas "manillas". Se trata de un tipo de brazaletes, generalmente de cobre y con los extremos engrosados, cuyo uso se mantuvo hasta fechas relativamente recientes. Son propios sobre todo del Delta del Níger, desde donde se extendieron a diversas zonas de África Occidental. Por hallazgos en contextos arqueológicos se sabe que se utilizaban ya en el siglo XIII. En origen eran elementos de adorno y prestigio que en algunas comunidades se utilizaban como símbolo de poder, pero que también servían como forma de atesoramiento y para realizar pagos importantes. Dada su gran aceptación, los traficantes europeos las usaron para comerciar en estas zonas. Se encuentran representadas en los conocidos bronces de los siglos XV y XVI del reino de Benín -en la actual Nigeria-, donde aparecen frecuentemente en manos de los dirigentes locales y los comerciantes portugueses. A través de las crónicas y relatos de los primeros viajeros portugueses conocemos su uso en diversos lugares de las costas del golfo de Guinea, donde el precio de un esclavo ascendía a unas 8 ó 10 manillas. Hasta el siglo XIX fueron una de las formas de dinero preferidas por los Estados africanos que actuaban como intermediarios en el tráfico de esclavos. De hecho influyó mucho en la generalización de su uso que durante el siglo XIX se fabricaran en diversos puntos de Europa, como las ciudades inglesas de Birmingham, Bristol, Manchester o Liverpool, o francesas como Nantes, con el fin de facilitar el comercio a mediana escala y el aprovisionamiento de los barcos europeos en las costas de Nigeria. En algunas zonas de este país tuvieron tanto éxito como instrumento de pago en las pequeñas transacciones que cuando el Estado colonizador quiso instaurar un sistema monetario único en 1902, promulgó un decreto para prohibir su importación pero no consiguió erradicar su uso hasta fechas tan recientes como 1948, año en el que se prohibió su circulación.
Tras su independencia, algunos países reivindicaron su dinero tradicional, representándolo en sus nuevas monedas. Así lo hizo Biafra con la manilla, durante su corta existencia como república independiente de Nigeria, entre 1967 y 1970, como podemos ver en esta pieza de dos chelines y medio, acuñada en 1969.
Datación 1969
Contexto Cultural/Estilo Edad Contemporánea
Lugar de Producción/Ceca Biafra
Historia del Objeto Perteneció a la colección de Miguel Ibáñez Artica.
Catalogador Numismática y Medallística
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